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viernes, 24 de abril de 2015

EL CAPITAL HUMANO

En esta entrada quiero explicar algo nuevo que he aprendido hoy en clase debido a la exposición de mis compañeras: la teoría del Capital Humano.

La teoría del Capital Humano surge en los Estados Unidos de la mano de Gary Stanley Becker con su obra El capital humano (1960).

En aquella época tuvo lugar una gran expansión económica, donde la planificación educativa giraba en torno a la demanda social, la necesidad de mano de obra y, naturalmente, de la tasa de beneficios. Esta teoría sostiene que la inversión más rentable que un sistema económico puede hacer para crecer es aquella que se realiza en la mejora de su capital humano. Es decir, la mejor inversión es la que se dedica a la formación de los recursos humanos, a la tecnología, a mejorar la organización del trabajo y de los métodos de gestión y, en definitiva, a la educación de las personas.

Se establece una analogía directa entre la inversión en capital físico (fábricas, carreteras, herramientas) y en capital humano (educación y cualificación para el trabajo), al entenderse el gasto en educación más como inversión que como consumo. Pero posicionándose de manera evidente en favor del capital humano, ya que este último, a diferencia de lo que ocurre con el capital físico, no está sometido al riesgo de su pérdida o expropiación.

Además, las ventajas del capital humano también se pueden apreciar en el terreno personal, constatándose como las personas que tienen mayor formación son las que obtienen mejores rentas.

Las actividades más importantes que constituyen ese capital humano son los equipos y servicios de salud, la formación en el puesto de trabajo, la educación formal, los programas de estudio para adultos y la movilidad ocupacional (Schultz, 1983). De modo que las inversiones que se lleven a cabo en esas actividades mejoran la productividad de los recursos humanos e incrementan las rentas de las personas o sociedades que realizan tales inversiones.

Dado que el capital humano es una inversión, ésta se evalúa por la diferencia entre gastos iniciales: el coste de los gastos de educación y los gastos correspondientes, el coste de productividad, es decir, el salario que recibiría si estuviera inmerso en la vida activa, y sus rentas futuras actualizadas. El individuo hace, así, una valoración entre trabajar y continuar una formación que le permita, en el futuro, percibir salarios más elevados que los actuales. Se toma en cuenta también el mantenimiento de su capital psíquico (salud, alimentación, etc.).

En esta teoría cobra especial importancia el trabajador capitalista, porque lo que consumen en educación se convierte en una inversión. Es decir, “los trabajadores no se han convertido en capitalistas por la difusión de la posesión de los stocks de las empresas, tal como habría señalado el saber popular, sino por la adquisición de un conocimiento y una habilidad que tiene valor económico“.

Pero… ¿Cuál es la diferencia entre consumo e inversión?


Si en el mercado adquirimos algo para un uso personal, es consumo. Sin embargo, si compramos una mercancía ya no es un producto de consumo puesto que no le voy a dar un uso personal, sino una inversión.

Existen dos formas de ir al mercado:

Consumidores: mercancía que cambian por dinero para adquirir más mercancías.
Inversores: aquellos que utilizan dinero para obtener mercancía y adquirir más dinero.

En educación no existe un consumo sino una inversión, es decir, invertimos un dinero en formarnos con el fin de obtener un trabajo que nos permita ganar dinero. Por lo tanto, toda inversión en educación, salud y accesibilidad se traduce en una mayor renta per cápita, pero ¿hasta qué punto esto es cierto?

CONCLUSIONES

En parte estoy de acuerdo con la teoría del Capital Humano, ya que invertimos en educación para adquirir unos conocimientos que nos permitan poder optar a un puesto de trabajo y ganar dinero. Sin embargo, en la actualidad el poseer un título universitario ya no es suficiente para tener trabajo; el criterio para seleccionar a un trabajador es tener experiencia previa o tener referencias, pero el panorama actual, ¿cómo se puede pedir a los que tenemos titulaciones y acabamos de salir de la universidad experiencia previa si no hay demanda laboral?

Por este motivo, creo que uno de los puntos débiles de la teoría del Capital Humano es que es difícil realizar un cálculo preciso de la inversión en educación en dinero y en tiempo, especialmente a nivel individual. Asimismo, esta teoría da por hecho que hay un equilibrio constante entre la oferta y la demanda porque no tiene en cuenta los cambios económicos que pueden ocurrir.


Para terminar, otro aspecto que me gustaría señalar es que todo se mueve en base a lo económico, y la Constitución no iba a ser una excepción. En ella se establece que todos tenemos derecho a una educación, pero entonces, ¿qué ocurre con las personas que no dispongan de dinero para poder invertir en educación? ¿No tienen ese derecho? Como siempre los que tienen menores recursos económicos son los que salen perdiendo.

FUENTES CONSULTADAS

Guerrero Serón, A. (2003). Enseñanza y sociedad. El conocimiento sociológico de la educación. Siglo XXI de España Editores, S.A. Madrid.


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